Las aplicaciones IoT generan valor añadido a partir de la conexión de objetivos unívocamente identificables que también se representan virtualmente en una plataforma similar a internet. Combinando y comparando las imágenes virtuales, incluyendo los datos de funcionamiento actuales de los objetos asociados, se puede obtener información y acelerar los procesos de diseño. El prerrequisito básico es la conexión de un objeto a internet, algo que obliga a adoptar medidas de seguridad de IT. Por tanto, donde más beneficios se observan es en las aplicaciones en las que solo se intercambia información sensible que requiere protección. Contenidos como el consumo energético, los datos de funcionamiento o la información de desgaste no entran dentro de esta definición.